lunes, 23 de marzo de 2009

HISTORIA DEL IDIOMA ESPAÑOL



La historia del idioma español
La historia del idioma español comienza con el latín vulgar del Imperio Romano más precisamente de la zona central del norte de Hispania. Tras la caída del Imperio Romano en el siglo V, la influencia del latín culto en la gente común fue disminuyendo paulatinamente. El latín hablado de entonces fue el fermento de las variedades romances hispánicas, entre ellas el castellano antiguo, origen a su vez (al menos en la proporción mayor) de las variedades que constituyen la lengua española. En el siglo VIII, la invasión musulmana de la Península Ibérica hace que se formen dos zonas bien diferenciadas. En Al-Ándalus, se hablarán los dialectos romances englobados con el término mozárabe (no árabe), además de las lenguas de la minoría extranjera-invasora alóctona (árabe y bereber). Mientras, en la zona en que se forman los reinos cristianos desde pocos años después del inicio de la dominación musulmana, comenzará una evolución divergente, en la que surgen varias modalidades romances; la catalana, la aragonesa, la astur-leonesa y la gallego-portuguesa, además de la castellana, que resultaría dominante entre la población de la península.
La lengua originaria castellana se originó en el condado medieval de Castilla (sur de Cantabria y norte de Burgos), con influencias vascas y de los germanos visigodos. Los textos más antiguos que se conocen en castellano son los Cartularios de Valpuesta, conservados en la iglesia de Santa María de Valpuesta (Burgos), un conjunto de textos que constituyen copias de documentos, algunos escritos en fecha tan temprana como el siglo X, seguidos de las Glosas Emilianenses, que datan de finales del siglo X o principios del XI, que se conservan en el Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja), localidad considerada centro medieval de cultura.

El castellano se extendió hacia el sur de la península a lo largo de la Reconquista y por la unificación de los reinos cristianos españoles mediante las sucesivas unificaciones dinásticas (unión con León y Galicia con Fernando III de Castilla, introducción de la dinastía castellana en la Corona de Aragón con Fernando I de Aragón que llevaría a la unión final peninsular con los Reyes Católicos). En el siglo XV, durante el proceso de unificación española de sus reinos, el sevillano Antonio de Nebrija publicó en Salamanca su Grammatica. Es el primer tratado de gramática de la lengua española, y también primero de una lengua neolatina europea. La colonización y conquista de América llevada a cabo simultáneamente a la reconquista de Granada, expandió el idioma español por la mayor parte del continente americano. En esa época ya había comenzado el reajuste consonántico, que significó la reducción del sistema de fonémico al pasar de seis consonantes sibilantes a sólo una o dos según la variedad.

El idioma español siempre tuvo numerosas variantes geolectales que, si bien respetan el tronco principal latino, tienen diferencias de pronunciación y vocabulario, como sucede con cualquier otra lengua. A esto hay que agregar el contacto con los idiomas de las poblaciones nativas de América, como el aimara, chibcha, guaraní, mapudungun, maya, náhuatl, quechua y taíno, que hicieron también contribuciones al léxico del idioma, no sólo en sus zonas de influencia, sino en algunos casos en el léxico global.

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